Creemos que después de sentir algo realmente fuerte por una persona, podemos llegar a odiarla, rechazarla por completo y la verdad es que yo no lo creo así.
Pongamos un ejemplo; un día te enamoras de alguien, decides ir a vivir con esa persona y os casáis, 3 años después de vivir cientos de momentos buenos y malos con él/ella, uno de los dos cree que lo mejor es el divorcio...eso no es motivo para odiar a alguien.
Es cierto que al principio no es divertido que la persona con quien has compartido mucho tiempo de tu vida y por el/la que seguramente te has esforzado por hacer feliz te comunique tal decisión, pero habrá que pensar también en que seguramente tampoco ha sido fácil para esa persona.
Los dos habéis compartido, sentido y vivido experiencias juntos, ¿para qué echarle la culpa a nadie y cambiar un sentimiento de cariño, que estoy segura que ha sido bonito en algún momento?
En casos como ese, lo mejor es ponerse cada uno en la piel del otro, hablar, explicar el por qué e intentar llegar a un acuerdo en el que las dos personas estén lo más cómodas posible.
Si me ocurriera a mí, ahora que creo que soy una persona madura, intentaría distraer mi mente con cualquier otra actividad: el deporte, la lectura, pasear con los amigos y sobre todo dedicarle tiempo a mi persona.
También es verdad que alejarse un poco ayuda muchísimo pero creo que no está tan mal, si él/ella te lo permite, seguir manteniendo algo de contacto e incluso poder llegar a tener una amistad.
Sí, estoy de acuerdo en que una amistad entre dos individuos que han mantenido una relación solo ocurre cuando ha pasado algo de tiempo, no penséis que estoy tan loca.
Bien, esto es lo que opino sobre el típico dicho. Espero que estéis de acuerdo y si no lo creéis así podéis dejar vuestro comentario abajo.
Un saludo!
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